El 21 de febrero de 2020, Bolivia enfrentó una devastadora situación causada por intensas lluvias torrenciales que resultaron en la pérdida de 17 vidas y afectaron a más de 10,727 familias. Las lluvias provocaron desastres naturales en 67 municipios de ocho departamentos del país, con La Paz declarada en estado de emergencia.
Impacto y Respuesta
La intensidad de las lluvias también llevó a la declaración de desastre en 10 municipios adicionales y emergencia en otros cinco. Se reportaron daños en 414 viviendas y pérdidas significativas en el ganado, con 10,976 cabezas afectadas. La capacidad de respuesta de los municipios y gobernaciones fue superada, lo que obligó a la intervención de Defensa Civil para proporcionar asistencia en alimentos, herramientas, artículos de higiene, ropa de cama y carpas a los damnificados.
El Ministerio de Defensa, liderado por Luis Fernando López, tomó medidas rápidas y formó el Consejo Nacional de Reducción de Riesgos y Atención de Desastres y Emergencias (Conarade), involucrando a cinco ministerios para coordinar la respuesta al desastre ambiental.
Regiones Más Afectadas
Las áreas más afectadas incluyeron municipios como Buena Vista, Cotagaita, Achocalla y Curva. En Cochabamba, se registró un récord histórico de lluvias, que inundaron ocho municipios, exacerbando la situación en la región.
Recomendaciones
Las autoridades recomendaron a la población mantenerse alerta y tomar precauciones ante posibles lluvias futuras, dado el pronóstico de continuidad en las precipitaciones intensas. La coordinación entre diferentes niveles de gobierno y las comunidades es esencial para enfrentar y mitigar el impacto de estos desastres naturales.
Estas lluvias torrenciales subrayan la necesidad urgente de mejorar las infraestructuras y sistemas de gestión de riesgos para proteger a la población y reducir el impacto de futuros eventos climáticos extremos.