En enero de 2024, las intensas lluvias en el estado de Minas Gerais, Brasil, provocaron severas inundaciones que dejaron miles de desplazados y decenas de comunidades aisladas. La situación se agravó cuando varios ríos desbordaron, inundando áreas urbanas y rurales. Las autoridades locales declararon estado de emergencia y movilizaron recursos para asistir a las víctimas y rescatar a quienes quedaron atrapados.
La temporada de lluvias en Brasil ha sido excepcionalmente intensa este año, vinculada a fenómenos climáticos extremos. Las inundaciones han afectado carreteras, puentes y sistemas de electricidad, complicando los esfuerzos de rescate y recuperación. Se teme que los efectos del cambio climático estén exacerbando estos eventos, haciendo más urgente la necesidad de políticas de adaptación y mitigación en la región.